En realidad no eras.
Te creé, de barro, de
sonidos, de colores de esperanza cual si fuera un rezo, construyéndote con las mejores cosas de la vida que creía
existían
Tal cual lo soñaba, y lo
necesitaba, le agregué palabras dulces, sonrisas eternas, abrazos, serenidad… busqué el sexo perfecto que diera calma y vehemencia, explosión y placer.
Era yo la que me empeñaba en
crearte. Inquebrantable.
Con paso firme para buscar el equilibro y
caminar hacia adelante, con manos grandes para sostener mis dedos... con brazos
fuertes para dar seguridad, con pecho firme para apoyar la cabeza y descansar…con
ternura para enjugar una lágrima.
Pero no!…. hoy me doy cuenta que no fuiste nunca,
Te creé en mí,
Y no debió importarme que
dejaras todo.
Como si no hubiera nada.
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