domingo, 20 de mayo de 2012

Y me quedé pensando...



Sentada en el zacate
con los pies hundidos
en la tibieza de las aguas.

Viendo caer las flores del malinche
como gotas de sangre al suelo.
Me quedé pensando...                            

Nada en la vida es eterno,
ni tu amor
que rebalsó el tuétano de mis huesos,
ni mi amor que arañando las mañanas
arrancaba alaridos a tus sienes.

Nada amor, nada,
ni siquiera esta noche de desvelo.
Christian Santos, Nicaragua